El diseño de la botella de KAH Blanco está inspirado en la tradición boliviana de la celebración del Día de Muertos en la que se conservan y sacan a la luz los cráneos reales de los seres queridos el 8 de noviembre de cada año. Después de llevar la calavera al cementerio, se alimenta simbólicamente a la calavera y se le da tequila, a veces incluso cigarrillos. Los bolivianos creen que este acto inmortaliza a los muertos quienes, a su vez, ayudan a proteger a los vivos de los malos espíritus.

Notas de sabor : Inicialmente dulce pero seguido rápidamente por especias picantes. Sedoso y delicado, una bolsita de especias se abre en abanico en el paladar.